Las artes gráficas se reinventan para sobrevivir al nuevo mundo digital.

Cuando parecía que la crisis nos empujaba a abandonar al papel y a la tinta para trasladarnos a formatos digitales, cuando los e-books y los archivos PDF empezaban a sustituir a los libros y todo tipo de impresos de papel, cuando parecía que llegaba el fin de las artes gráficas… algunas empresas del sector nos hemos negado a claudicar y nos lanzamos a sorprenden con nuevas propuestas sensoriales en impresos que, además de ser atractivos a la vista, aportan experiencias olfativas y táctiles o incluso reaccionan a la temperatura corporal. Propuestas que dejan una huella importante en la mente del consumidor final.

Cuando a mediados del siglo XIX la imprenta se desarrollaba con gran amplitud y transformaba el acontecer político, social y cultural de la humanidad en una evolución lenta pero muy sólida, poco se habrían imaginado los impresores de entonces que tan solo ciento cincuenta años después el oficio estaría amenazado de muerte; y mucho menos que lo estaría por una revolución como la digital, que les habría parecido de ciencia ficción.

La imprenta, hoy tiene más pasado que presente, pero, aunque parezca una paradoja, también tiene más futuro que presente. Este presente es una etapa de reinvención e innovación que por desgracia hace estragos en empresas centenarias a las que les ha tocado vivir dos crisis a la vez. Una, la económica, que tiene múltiples matices y que ha acelerado enormemente la otra, la digital, o mejor conocida como “la crisis del PDF”, llevando a las empresas a probar el producto digital para reducir los costos de operación gracias a la inmediatez y ahorro en papel, tinta e insumos.

Es difícil imaginar que en un supuesto contexto de crecimiento económico estas empresas volverán a imprimir como se hacía hasta hace muy pocos años. Sin embargo, no está todo perdido. Aún hay futuro.

La supervivencia del sector inaugurado en 1459 por Johannes Gutenberg pasará por el talento y la creatividad, por la voluntad de invertir en proyectos de valor agregado en investigación, diseño e innovación que se traduzcan en aplicaciones con maravillosas posibilidades comerciales.

La aparición del offset que sustituye la tipografía; la explosión de la serigrafía y del soporte de vinilo al sector publicitario; la creación de los programas de edición; las nuevas técnicas de bajado de plancha —sin películas previas— ha dejado atrás los reveses de diseñadores y publicistas que ahora advierten con envidia sobre la calidad de la impresión, con tintas premium, tramas estocásticas y de hexacromía e impresión con tintas fluorescentes, todos ellos han sido cambios constantes, innegables y destacados que no han dejado tiempo para lamentaciones pues realzan los productos gráficos, la experiencia del usuario con estos.

Texto de referencia: http://www.raco.cat/index.php/Temes/article/view/270498/358071